Que una jovencita de tan solo 21 años halla follado mi mente,
mejor de lo que lo haría una de 30 o más edad. Es algo loco y digno de aquí
contar como experiencia, para un hombre de fase 30 como Yo.
Y es que siempre he concluido que la seducción más que solo
tacto, es hacer volar la imaginación y os quiero compartir a todas las féminas
que me leen porque esta joven me llegó a más que impresionar.
Antes de continuar debo aclarar que, al momento de escribir
este blog, sigo siendo soltero y experiencias como las que os voy a contar,
suelo documentar quizá no en un diario pero si en mi corazón y cuando me queda
tiempo o me animo las pondré en este blog.
Comienza la historia…
Desde hace varios años suelo caminar desde mi calle cruzando por otras
cuadras más, para ir por trámites o cualquier otra cosa que antoje hacer de mi
día a día al centro de la ciudad.
Todo comenzó como 4 años atrás.
Me llamó la atención de algo inusual, ¿Qué
cosa? Pues la nueva vendedora de la librería donde siempre acostumbro a comprar
libros justamente por donde siempre suelo transitar. Es una jovencita que no la había visto antes por ahí, pero que llamó mucho mi
atención por su bonita contextura, sus simétricas caderas y un culito bien
formado, además de la forma de su cabello azabache y sus ojos bien delineados
que le dan armonía a su rostro.
Yo en mi pensamiento “vaya que bonita, creo debo conocerla”. Así que decidí entrar a la tienda con el pretexto de buscar algún libro que me provoque leer y así conocer
más de cerca esta jovencita.
Ya estando allí, la percibí tímida, pero, segura de lo que
intenta decir, más cuando empecé a preguntar por los libros que me han empezado a interesar. El pretexto era exactamente
eso, preguntar por algún libro que aparentemente yo buscaba. Pero no pasó 1 minuto y ya estábamos
conversando de otras cosas y yo enterándome más de su vida. Apenas tiene 17
años, quiere ser maestra de niños, y eso llama mucho más mi atención, más por lo convencida que está.
Sin duda, concluyo que me gusta, pero, sus 17 años me repelen.
No es que los apenas 17 años le resten méritos o puntos a lo guapa que es. Resulta que es casi una niña y desde que cumplí 20 me juré por cuestiones de ética personal
que siempre estaría tras las chicas mayores a 18.
Y lo que digo o declaro en mí, es ley.
Igual nos hicimos amigos ahí mismo, me contó de sus planes de
postular a la universidad. Le recomiendo algunos libros interesantes a leer,
porque la veo curiosa sobre los puntos o temas que le mencioné. Me comenta
sobre los varios libros que ya leyó.
Mientras habla y me platica cosas, no puedo evitar ese vil y
salvaje instinto masculino de observarle una y otra vez, y cada momento me convenzo de lo
sensual y guapa que es, pero a la vez viene a mi cabeza ese remordimiento, de que solo tiene 17 años y alguien así, en ese momento no es para mí (en ese
entonces tenía yo 31), así que evito o intento no mirar más. Y me consuelo con la esperanza
que en algún momento en el futuro todo será diferente y ese impedimento
desaparecerá. Tal como cuando compras una plantita y riegas y riegas y esperas
algún día te de flores. En esta ocasión ilusamente con ella creo en algo
similar.
Si me hago su amigo y estoy pendiente de ella, cuando tenga
los 18, seguro la podré seducir, incluso enamorar.
No recuerdo si compré o no algún libro, pero mi objetivo
estaba consumado. Llamar su atención y que me conociera.
A partir de ahí cada vez que pasaba era reconfortante
saludarla y sonreírnos. Esa rutina siguió por un par de meses más. Hasta que
de pronto no la vi más. Me acostumbre en ese tiempo a que cada vez que pasaba
por ahí a voltear a mirar la tienda de libros, no por los libros sino por verla
a ella (aquella jovencita de 17 años)
Suceso reciente…
Pero como dije: de pronto ya no la vi más.
Pasaron 3 o 4 años, no estoy seguro. Y como era mi costumbre por
ahí siempre transitar. Oh sorpresa! Estaba ella nuevamente ahí. Órale, se notaba la
diferencia de 3 años pasados (seguía guapa sin duda).
Me reconoció de inmediato, pero con actitud de que
no era de su importancia.
Me acerqué nuevamente con el pretexto de buscar libros,
aunque mi objetivo siempre, era ella. Para entonces en mi vida durante esos 3
años habían pasado muchísimas cosas. Pero la curiosidad me invadía, quise saber
más de ella y que había pasado durante estos años.
Resulta que ya estaba en la universidad a mitad de carrera,
estudiando efectivamente para profesora de niños. Ese día en esos pocos minutos
que estuve allí, conversamos cosas muy profundas (por cierto no había muchos clientes
buscando libros, así que aproveché), Me enteré sobre la carrera que cursaba y su vocación. Sin duda
ya no era esa jovencita tímida de 17 años. La percibí una joven más curiosa y
exploradora e interpreté en su mirada frases como:, “En serio, haber cuéntame
más”. O de vez en cuando actitudes como: “Mira yo se de esto y opino esto otro”.
Obvio todo esa actitud es el efecto de 3 años de vivencia más, agregados a su vida.
Se tornó tan interesante la conversación, que ahora con cada
mirada, se podía comprobar que éramos ya dos conocidos, dignos de una conversación
profunda. Le hablé sobre un vídeo de un tipo que habla de la vocación y la
forma de enseñaros a los niños. Le encantó (emocionada, interesada) y quería ver ese vídeo. Lo que ella
no sabía que al mencionarle sobre este video educativo, era un pretexto muy
bien calculado para obtener su número de whatsapp y poderle enviar finalmente por
ahí dicho vídeo. Mi objetivo, empezar a seducirla, Porque seguía igual de guapa
que cuando tenía 17. Un poco más delgada, si, pero conservaba la simetría física
que es lo que me impacta generalmente a mí.
Bueno, te dejo anotado o anota mi whatsapp, agrégame, cuando
puedas me escribes y te enviaré el vídeo. - Te gustaría verlo verdad?.
- Si por supuesto que
si…
- Ya listo entonces me
agregas, ojalá no te limite el novio agregar nuevos números.
- Claro que no! Es
material educativo lo que me vais a compartir.
- Entonces tienes novio?.
- Si
claro que si…llevo 3 años con el.
WoW! No esperaba esa respuesta. Pero que podía afectar si era
de suponerse, era guapa y joven.
Emociones - rasgueo de fósforo
Pasaron los días y le envié el video.
Hasta que un día la soñé sensualmente y fue tan intenso dicho sueño que no pude evitar contárselo vía mensajes WhatsApp. Me gustaría
compartiros el sueño aquí pero prometí que dicho sueño solo quedaría en mí y en
ella (nuestra historia y locura mágica que muchos darían por saber).
El caso es que a partir de la narrativa de ese sueño empezamos las
pláticas más profundas que haya tenido con una mujer de su edad.
Cada plática por chat, era como si fuera una conversa presencial
con 2 copas de vino o wisky cada uno con su copa en mano, conversando en un balcón de
algún segundo tercer piso en la ladera de una montaña con vista a la misma y
con la luna radiante, con algún música suave de fondo en saxo, pero con un
ritmo específicamente seductor, misma música de salón de citas románticas.
Y hablábamos e intercambiábamos conversas tan interesantes por chat a medida que pasaban los días, pláticas con total desnudez en cada cosa que decíamos y
tocábamos temas desde lo que es el amor, una relación, la interpretación de la sensualidad y lo que
significa y que nos falta descubrir o que cosa nos gustaría explorar. Era una plática a
Calzón quitao, como decimos por estos lares. Eran platicas que sin duda por algún motivo me erotizaban y
supongo a ella la humedecían no sé, pero eran geniales
Y así ese tiempo la conversas se volvieron más interesantes y
más profundas. Ello mezclando mi forma de desnudar la vida combinado a su
curiosidad y su aún inocencia, le daban el toque perfecto. Siempre tenía un
comentario o preguntas acertadas, que jamás me hubiera aburrido de conversar y
conversar durante horas.
Pero había un PROBLEMA, un pequeño gran problema.
Tenía novio.
Yo para entonces estaba saliendo de una relación
Ella tenía claro mis intenciones, sabía que yo quería hacerle
el amor. Y supongo lo intuía muy bien, tanto que puedo suponer o adivinar que
ella estaba convencida que si eso ocurría iba a ser algo de película. Yo obviamente
estaba enrolado con la idea.
Para entonces pasaron unas semanas más y yo ya no estaba en
relación, pero ella continuaba con su novio.
Hasta que de pronto, en algún momento creo que se preocupó y se atemorizó de
las pláticas tan candentes y profundas que teníamos, donde cada vez nos
descubríamos y desnudábamos más y más, imaginariamente como 2 amantes
empedernidos.
De pronto en un abrir y cerrar de ojos como que volvió a la
realidad no sé y reconocía que nuestras interacciones estaban yendo más allá de
lo normal y supongo de su moral o valores (pero claro tenía un novio) por tanto se hecho a perder
todo el encanto construido hasta ese momento.
Y pronto empezó a actuar majadera conmigo y me hizo varios
desplantes.
Un día ella me llamó y me comentó que acababa
de salir de la tienda de libros y justo yo andaba cerca y quedamos encontrarnos
por ahí.
Así fue.
Conversamos, me encaró varias cosas, caminamos y no pude
contenerme más y la abracé con ganas seguras de besarla, pero me esquivó. Pero si
la abracé, nos abrazamos y mientras eso pude sentir como su corazón latía
fuerte, fuerte y su piel de su cuello y brazos se erizaba al sentirme cerca.
Pude entender que sus rechazos hacia a mí, no era por el
novio si no que era su propio miedo hacía a mí, hacia lo desconocido.
Al
observar su reacción al momento de abrazarla, me convencí y en aquel momento yo
muy obstinado concluí que era mi deber llevarla hasta el final de todo esto. El
no hacerlo me condenaba.
Pero lo insólito fue que a partir de ese abrazo y ese momento
me bloqueo del WhatsApp y de todo y dejó de trabajar en la librería.
Y no supe más de ella por un buen rato.
Escena 1
Hasta que después de 2 meses ella me llamó y retomamos
conversación,
Pero esta vez ya nada era como las pláticas anteriores, esta
vez todo terminaba en conversaciones tóxicas. Estaba claro el problema
estaba en ella. Estaba confundida luchaba con sus emociones. De querer
profundizar más conmigo, pero a la vez dudosa y con remordimiento de todo,
porque tenía su novio.
Así que esta vez me pidió que la dejara, que me alejara de ella. Y creí
prudente hacerlo.
Llamé para despedirme y quien respondió esta vez fue su novio,
que al parecer estaba con ella en ese momento. El tipo (jovencito) me mando a
la mierda, me insultó (yo incómodo obviamente) y ella remató con un mensaje al WhatsApp de
“Muerete y déjame en paz". Obviamente me dolió, eso lo vi o sentí como traición. Pues solo quería despedirme
y esperaba me respondiera ella. Pero estaba claro. Todo había dado un giro de
180° grados. Ahora yo estaba aparentemente en un papel de acosador.
Así que hice cuenta que desperté de un sueño profundo y volví
a la realidad y traté de alejarme de ella y para siempre.
Escena 2
Y así pasaron otros 2 meses.
Me volvió a llamar
A lo que yo me convencí finalmente, ella quiere ir al fondo
de todo esto. Si eso es lo que quiere esta vez iremos hasta el final y no me importa más nada. Sino lo hago creo ella misma me odiará de verdad y yo me lamentaré y no me
lo perdonaré.
Hablamos, efectivamente ella realmente quería ir al fondo de
todo esto. ¡La buena noticia!: ya no tenía novio.
Había terminado su relación (creo lo mejor que hizo) pues no
estaba segura de lo que quería y tampoco de si amaba al chico (y estaba claro).
A partir de conocerme e interactuar conmigo, a partir de que me abrazó aquella
vez, su vida sin duda revolucionó.
Estaba decidida a visitarme en mi apartamento (ella me lo
propuso), Pero había un pequeño problema ahora (era Yo) en aquel momento no
podía. Dado que ese mes se quedó a vivir una amiga conmigo en mi apartamento,
mientras buscaba un lugar para vivir. Y pues no era buena idea que ella me
visite en esas circunstancias. A lo que pensé, “pucha ya me lo perdí, pero que
sea lo que Dios quiera”. Jamás pensé en alternativas para encontrarnos en otro lugar.
Esos días también estaba
enrolado en algunos proyectos de mi trabajo y apenas me quedaba tiempo.
Seguimos hablando de manera breve por chat y siempre su
pregunta o insistencia cuando me escribía, era: ¿ya se fue de tu apartamento la
mujer esa de tu apartamento? Y créanme el hecho que me lo preguntara así (celosa), simplemente me excitaba.
Ella quería verme, quería visitarme y yo estaba de acuerdo con eso. Pero por
esos días no era oportuno.
Escena 3
Llegó el momento en que mi amiga se fue de mi apartamento. Pero por esos días
me toco viajar por fiestas de fin de año a pasar con la familia. Volví apenas
empezó el año siguiente. Por chat le propuse viajar, ella decidida, pero tenía
clases de la universidad. Y no podía aún.
Hasta que por fin en esos días fue a mi apartamento. Una vez allí en mi
habitación como toda fémina inútilmente me puso unas condiciones, como por
ejemplo que solo íbamos a charlar. Pero mi deseo o instinto testosteronal me presionaba
a que la desnudara y le hiciera el amor de una manera tal que recompensara todos
esos años en que la conocí, la desee y no la pude tener, hacer realidad todas esas conversaciones que habíamos tenido anteriormente o concretizar parte del suceso del sueño que tuve con ella.
Puso su resistencia como toda mujer a la primera, pero de todas maneras nos acariciamos de
tal manera que ella pudo ver con sus propios ojos y sentidos mi fehaciente
deseo por hacerle el amor y puedo jurar que aquella vez mojó de tal manera sus
calzones, que seguramente se arrepintió de no corresponder mi osadía, en ese momento.
En aquella situación en vano, trataba
de calmar mi pasión y mi calentura, pero creo era consciente que lo que veía en
mí, era algo nuevo para ella.
De todos modos no paso nada más allá de las meramente caricias, al buen rato tomó su bolso y se marchó
Escena 4
Seguían las pláticas por whatsapp por esos días
Volvió una segunda vez a mi apartamento, caímos nuevamente en la rutina de
acariciarnos, nos bebimos aquella vez un vino semi seco. Y entre caricias y jugueteos
hasta que finalmente ella aceptó y por fin lo hicimos por primera vez. ¡Dios! verla
desnudarse, por un momento paralizó mi imaginación, misma que no era necesaria,
ella la reemplazaba con su cuerpo desnudo allí frente a mis ojos como posando para mi, que no tuve palabra que decir, solo cumplir
con mi parte e iniciar el ritual o la danza del amor.
Dios… cuando penetré en ella, sentí como si me hubiera
lanzado de cabeza a una piscina de agua cristalina con bastante espacio para
nadar y juguetear para mi solo (estaba totalmente húmeda) que el sonido de mi pene casi nadando en su vagina era tan indiscreto y muy excitante
que me atrevo a decir que para cualquiera que estuviera por ahí cerca de las
paredes de mi habitación y pudiera escuchar, sin duda se iba también a excitar.
Tan emocionado que yo estaba y de pronto ocurrió algo, no sé si por ser la primera vez, pues no llevábamos
mucho rato y todo se interrumpió con una exclamación por parte de
ella de furia y dolor, no sé si ello lo inventó como una excusa o realmente fue así, pero me dio a
entender que en algún momento de éxtasis la lastimé (sospecho que no fue así)
pero hasta entonces el acto definitivamente se interrumpió y me dejó echando pólvora,
se levantó se vistió tomo su bolso y se fue, sin decir más palabra. Creo que lo hizo a propósito, y eso
como que causó un efecto dominó en mí.
Esos días siguientes juro que no podía conciliar
concentración en nada, ni dormir bien. Mi pensamiento solo era ella y lo más
que pudo haber pasado si hubiera sido todo a plenitud. Fue terrible.
Escena 5
Seguimos charlando, por los siguiente días me encaró lo ocurrido. Pero de todos modos para suerte quizá mía o de los dos fue a mi apartamento por segunda y
tercera vez. (la segunda vez lo hicimos) pero siento no fue tan destacable,
casi fue más de lo mismo que la primera vez.
Pero hubo una tercera vez
Esta vez había más confianza, ella fue decidida, y ese día en
esas 2 horas nos amamos a morir (es lo que recuerdo intensamente). Su elegancia a la hora de hacer el amor, para
la edad que tiene, me impresionó, pues valoraba y elogiaba mis movimientos y mi
forma de hacérselo. Cabía la posibilidad de que solo fuera sobonería, pero yo
siempre creí que su admiración hacia mí, era más que cierta, era sincera.
Ese día me ofreció gran parte o por no decir toda su danza para
hacer el amor, me mostró creo yo lo que hasta esa edad sabía hacer y había
deseado hacer. Fue capaz de mostrarme sus casi pasos secretos de baile a la ahora
de hacer el amor y ciertamente, terminó agotadísima.
Conversamos un buen rato luego
de ello, ese día. Compartimos secretos y hasta lágrimas. Nos habíamos tocado el
alma. Nos acabábamos de conocer realmente.
A los 2 días me escribió y me encantó lo que me dijo. Pues estaba
adolorida y apenas podía mover su cuerpo, le dolía todo, producto del momento de
pasión que deleitamos el día anterior. Eso es algo muy halagador y por supuesto le creí.
Pero sentía que aún faltaba algo. No habíamos llegado a ese
punto climax que pintamos en nuestras conversaciones por chat. Yo esas 3 veces
no eyaculé, por ejemplo. Y sabía que ella no había puesto el corazón completo
aún para esos momentos.
Planificamos un viaje, donde todo eso que ella reservaba y
que yo también lo daríamos a plenitud.
Llegó a mi apartamento por cuarta vez. (creo ella sabía que a
partir de esa día, todo cambiaría).
Mientras yo estaba ilusionado con la planificación del viaje
y ella colaboraba con la misma emoción.
Me dieron obviamente ganas de hacerlo ahí otra vez y se que
ella las tenía también.
Ella me pedía que esperara el viaje, pero finalmente la
convencí y ella aceptó y ahí estábamos nuevamente en mi cama empapadísimos de
sudor, con las sábanas casi agua, de agotados haciendo el amor con un buen
porcentaje de aplicación del kamasutra en práctica. Ese día decidí mostrarle
parte de mi salvajismo al momento de hacer el amor y al parecer ella lo
disfrutó. Agotados ya, llegó el momento que me puse en posición de expulsar
todas las emociones como debe ser y parecía que adivinaba inconscientemente que
aquella sería la última vez que haríamos el amor y que incluso hasta sería la
última vez que nos veríamos. COlaboró con cada gesto o posición que con solo mirar le proponía. Dios fue de lo mejor.
Estando en la mejor posición sexual para mí, desaté mi
salvajismo sobre ella y ahí estaba jadeando, gritando fuertemente de placer si medir tiempo,
espacio o entender de corduras en ese momento, sabiendo que estábamos rodeados
de más apartamentos en ese edificio y al salir todos los vecinos, sabrían que
ella había soltado esos gritos y jadeos tan excitantes. En conclusión terminó
siendo tan original que los gritos creo yo se escucharon hasta el cielo. Y ahí estaba yo bien
comprimido y de pronto me enlongue soltándole toda mi leche en su interior con toda mi fuerza, fuerza a
la que cualquier normal se asustaría, pero estoy seguro ella confiaba en mí y
solo se encargaba de disfrutar, pero para bien y para mal toda mi leche mental
terminó en un bolsa de preservativo, porque esa vez no me dejó hacerlo sin
condón. Me hubiera gustado depositarle todo adentro. Pero ya era demasiado
tarde. Aún tengo esos deseos de ponerle toda mi esencia en sus entrañas.
Pero ahí estábamos culminando momento climax, extasiados y
haciendo realidad todas esa largas pláticas picantes que empezó meses atrás o
porque no decir desde aquel deseo que sembré cuatro años atrás cuando solo ella
tenía 17.
En ese momento no sospeché que sería la última vez de toda
esta historia, como niño me ilusionó con el viaje donde estaba seguro habrían
más momentos como ese y quizá mejores..y y donde intentaría duplicar la
intensidad sexual, porque estaba decidido a ir más allá de los límites. Ella me
los provocaba, me inspiraba.
Escena final
Luego de 2 semanas, de evadirme por el chat, encararme y
decirme gracias por todo, me dijo algo fulminante
- volví con mi ex, siento es
mi deber seguir con el.
Lo reconfortante
- "Solo
debo decirte que en mi vida hasta ahora no habido alguien como tú, así tan
intenso. La pasé de maravilla contigo, ¡eres wow!, Eres un tipo con tus cosas y
creo algo complicado por tu forma de vida. Pero eres auténtico y eso me gustó
de ti. Gracias por los bonitos momentos.
En serio gracias. Ahora si te eliminaré y te bloquearé de mis contactos. Es mejor así".
La esperanza
Y Así fue. No volví a saber más de ella, hasta hace poco con
esto de la crisis de la pandemia me contactó por Instagram, para saber de mí.
Me encantó, estaba preocupada en saber cómo me encontraba yo con esta situación.
Me comentó ella estaba en su casa, aún seguía su relación con el novio.
Y en este tiempo de cuarentena,
estaba leyendo libros y recordé que alguna vez me dijo estaba interesada en escribir y
que escribiría sobre mí.
Me le adelanté y le compartí parte de este blog, cual no
había tenido la oportunidad de comentarle y le dije escribiría nuestra historia
aquí.
A los 2 días me escribió preguntando para cuando estaba la historia. (esto
fue ayer)
Supongo hoy lo leerá
El Cierre!
Amenazo con escribir de mi!
Acepto que me gustaría leer su percepción de todo lo que
pasó.
Toda esa experiencia, fue tan profundo y poco común que marcó
mi fase de los 30 años y más ella para ser tan jovencita. Es una mujer muy profunda
analítica, observadora e inteligente. Se que le irá bien en su vida.
No temo en decir que lo que paso con ella: aquellas
conversaciones sensuales, filosóficas, metafóricas y cuestionamientos, sumado a
lo que pasó en las 4 paredes de mi habitación, la hacen alguien especial para mí y la hace ver
una mujer entrañable.
Tampoco niego que me gustaría volver hacer el amor con ella aunque sea por última vez, si se diera la oportunidad. No soy de buscar el llamado remember
a las que pasan por mi vida y se van. Pero a ella sí. (no se por qué).
Pero
solo eso. Ella lo sabe, pero no creo le guste la idea. Tampoco me animaré a
decirle. ¡Aunque creo en los milagros! ¡Válgame, Dios!
Mientras tanto le deseo sea feliz y su novio se haga su
esposo y por fin sea plenamente feliz. Nunca entendí porque volvió con el. A partir de mí ¿descubrió que realmente lo amaba o lo hizo por huir de mí, quién no prometía nada?. Solo experiencias como la aquí escrita.
Me comentó de su vida y las cuotas críticas que ha tenido
que pasar mientras creció. Quizá ello le dieron ese toque espléndido de
madurez, pero sea lo que sea. Es una gran mujer y merece ser feliz. Desde aquí
pido a Dios sea así.
Seguiré deseando y oraré para que todo lo bueno sea
con ella.
Amen.
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